Mortalidad de corderos: ¿Cómo bajarla a menos de 10% con tasas melliceras a la ecografía ≥ 40%?
28 septiembre, 2014A rediseñar el sistema de producción
27 noviembre, 2015El Ing. Agr. Esteban Hoffman, Docente de la Facultad de Agronomía (de la Universidad de la República) y Director de Unicampo Uruguay, reflexionando con VERDE, decía que, “son evidentes las dificultades para sostener en el largo plazo la productividad en esquemas de agricultura continua. Atenuadas por los buenos precios anteriores y el clima favorable (sobre todo para la soja), los problemas pasaron mayormente desapercibidos en los suelos más aptos. Sin embargo, aún con un clima benigno, las caídas en los precios (como los actuales), dejan al descubierto el problema”.
Para Hoffman en este escenario la productividad es la que nos ubica por encima o debajo de la línea de flotación. “Ya no sólo en las regiones dominadas por suelos de menor aptitud, sino también en las chacras con muchos años de agricultura (viejas), allí se hace más evidente que con lo que se está logrando, no alcanza”. Explicó que la rotación con pasturas “para no pocas situaciones, aparece como necesaria y no solo para bajar los niveles de pérdidas de suelos por erosión”.
Entiende que en el mediano plazo un área agrícola relevante pasará a rotar con pasturas, “es algo que parece inevitable”, aseguró. “Cualquier comentario que haga ahora seguramente cambie si el precio de la soja vuelve a oscilar en torno a los US$ 500 (por tonelada). En el mediano plazo (si permanecen estos precios bajos) cree que hay pocas alternativas económicas viables con la estructura actual de costos y valores de las rentas, al menos para una gran parte del área agrícola actual”.
En Uruguay mantener el esquema de agricultura continua, “con una elevada frecuencia de soja, baja frecuencia de gramíneas y sin pasturas, ya es casi imposible, sin entrar en grandes riesgos agrícolas. Hoy parte de las mejores alternativas biológicas no son económicas, a estos precios (por la elevada inversión en nutrientes) y porque combinan otros componentes de menor rentabilidad (nula o negativa), aún en suelos de elevada aptitud agrícola. Cada vez más, se incrementa la necesidad de atender especialmente la demanda real de insumos, sobre todo en las chacras viejas y por eso pasar a un esquema de rotación con pasturas o componentes de leguminosas que no se cosechen, es una alternativa que ya está sobre la mesa”, señaló.
“Para pensar en un cambio, en el negocio de la agricultura de baja rentabilidad, se debe integrar al actor que hoy se lleva la renta”
Aunque dejó claro que la estructura actual de producción no permite visualizar el cambio para muchos, y por eso “sería irresponsable que se tome como una propuesta, y menos general”. Todas las fuerzas y capacidades en Uruguay, “están preocupadas por esta situación y se trabaja para generar alternativas que permitan continuar con la agricultura continúa, sin la necesidad de tener que ingresar a una fase de pasturas, al menos para los suelos de mayor aptitud agrícola. En este esfuerzo, estamos embarcados todos, no solo aquellas instituciones u organizaciones que visiblemente generan gran parte de la información de investigación”.
Hoffman indicó que “además de la información que surge de las empresas (y que evidencian estas dificultades), la información experimental nos muestra que bajo condiciones particulares de clima es posible sostener productividad en chacras de más de 10 años de agricultura y sin limitantes de insumos”, sin embargo “cuando el clima no acompaña o el precio es bajo, quedan al descubierto los problemas”, dijo.
“El agricultor que vaya logrando caminar junto al dueño del campo, seguro podrá mirar con más tranquilidad al futuro”
Al incremento de costos “al que asistimos en la última década, además ahora sumamos adicionales para mantener un sistema con baja erosión (como parte de una estrategia de país, que otra vez nos diferencia favorablemente), y ya comenzando a pagar la cuenta de los costos ocultos de los primeros años. Ello, visiblemente nos lleva en primer lugar a un incremento impensado (hasta hace poco tiempo) en la demanda de nutrientes (que cuando no se atiende, lleva a caídas en la productividad), pero que paralelamente conduce a bajar la proporción de los cultivos más exigentes y para los cuales la cuenta se hace inmanejable (la gramíneas). Es por ello que baja la intensidad agrícola y se incrementa la proporción de soja en el verano”.
Esta realidad en grandes áreas “significa que el sistema sea casi, coberturas-soja. Es fácil imaginarse las consecuencias de esto, pero la primera es que en estos casos, la soja carga sola con todos los costos del sistema, más la renta. No hace falta poner ejemplos de la fragilidad y vulnerabilidad de un sistema productivo basado en un monocultivo. Tenemos ejemplos del pasado y del presente cercano, sobre los cuales deberíamos reflexionar” explica Hoffman.
Agregó que se ha hecho un esfuerzo enorme para mantener la productividad “a costas de incrementar desproporcionadamente los costos, y es por eso que la agricultura se está transformando en un negocio vulnerable, dependiente de que todo salga bien”.
“No deberíamos buscar la solución basándonos en el hecho de que este no sea percibido como un problema evidente en otros países, o no aparezca como motivo de fuerte preocupación. Pero sin duda que las diferencias las debemos asociar a los suelos que no tenemos, a mejor clima y cultivos de mayor productividad (que rotan anualmente), que en algunos casos incorporan enmiendas orgánicas, o que los problemas físicos del suelo, y la recarga de agua los resuelve la nieve”, indica.
“Rotar con pasturas, aunque sea por cortos periodos es también una de las mejores alternativas para el uso del suelo”
Hoffman comentó que “ya no son pocos los que al tratar de imaginarse el futuro con responsabilidad, ven con dificultad sostener en el largo plazo la productividad en esquemas agrícolas continuos (sobre todo haciendo lo que se hace en la actualidad, y como se hace). Sin entrar en un nivel de costos insostenibles”, insistió que “en los suelos de mejor calidad se tarda más en llegar a esa instancia” y agregó que “recién van poco más de 10 años de agricultura continua y por lo tanto no hay suficiente información, pero la poca información disponible parece cada vez más consistente”. “Sin olvidarse”, menciona, que “será la soja la última de la clase que se entere”.
Pensar en una rotación agrícola con pasturas, “no puede ser parte de un escenario masivo esperable de corto plazo (independientemente de si esa, fuere la opción por gran parte de los agricultores), en la medida que la mayoría de los dueños de las tierras no están en consonancia o enterados de lo que está ocurriendo con los suelos y lo que arriba funciona como negocio”.
“Si consideramos que estructuralmente más de 65% del área agrícola se explota bajo régimen de arrendamiento (en base a los datos de DIEAMGAP) y que a pesar de los pesares, con rentas muy elevadas, que no ceden, en el corto plazo seguramente sea muy difícil esquivar el camino de los vecinos (extremar el área del único cultivo que podría aguantar)”. “Es por ello”, y que bajo “esta situación de un cuasi cerco de ramas, el que plantee cambiar masivamente y rotar con pasturas, probablemente se quede afuera. Sin embargo el agricultor que vaya logrando caminar junto al dueño del campo, que entienda del problema y haga posible que se den los cambios necesarios, seguro podrá mirar con más tranquilidad al futuro”.
“Se ha hecho un esfuerzo enorme para mantener la productividad, a costas de incrementar desproporcionadamente los costos”
Para Hoffman, al principio serán pocos, y “este punto de vista sea considerado por muchos como utópico (esto no es ninguna novedad)”, el experto considera que es parte de un camino que hay que comenzar a desandar (en el entendido que parte del problema de las rentas, fue generado por los propios agricultores)”.
Innovar para atacar un problema, “es lo que nos destaca todo el tiempo en la región. Habrá quienes tengan pasturas o componentes con gran oferta de forraje de corto plazo, y no tendrá ganado (ni lo querrá tener); y gente que sí tendrá ganado y que le serviría hacer acuerdos en sociedad. En realidad esto ya se está comenzando a dar tímidamente, descubriendo en principio que inconvenientes crea».
Destacó que en Uruguay “hay información disponible que muestra que se puede crecer muchísimo e incluso tener niveles de rentabilidad con renta derivada de la carne, leche o lana, mayores a los que tiene la agricultura actual. El problema es que para poder pensar en un cambio, en el negocio de la agricultura de baja rentabilidad, se debe integrar al actor que hoy se lleva la renta. En los negocios del futuro seguramente participarán ambos. Habrá que ir redescubriendo nuevamente cómo hacer agricultura sostenible y después de frenar la erosión, volverlo sustentable desde el punto de vista económico”.
“La agricultura es un negocio que en poco tiempo se ha vuelto riesgoso”
Hoffman cree que su postura ya no es aislada, e insistió que “el principal problema actual es estructural y que el cambio se está haciendo de forma muy lenta, por donde se puede”. Sin embargo, cree firmemente que “al menos es la alternativa para mantener agricultura en los suelos de menor aptitud. De por sí y en base a los datos de RENARE, por la vía de los hechos, el plan de suelo que lleva adelante el Uruguay, conducirá a partir del 2016 rápidamente hacia esa orientación”.
Para Hoffman, rotar con pasturas, aunque sea por cortos periodos “es también una de las mejores alternativas para el uso del suelo, no solo para los suelos menor aptitud agrícola”.
“La agricultura es un negocio que en poco tiempo se ha vuelto riesgoso. La gente está empezando a pensar en los pasos que tiene que dar para bajar el nivel de exposición. En estos últimos meses hay un movimiento grande, la ganadería está fuerte, hay mucha gente consultado sobre la rotación con pasturas, o componentes de la secuencia agrícola que no sean para cosecha, y demandando información no solo sobre resultados biológicos”. Recalco, que es cada vez es más sintomático “que todos los boletos recaigan en lo que pueda pasar anualmente con la soja”, concluyó.