Los cultivos protectores en el sistema agrícola y las variables asociadas a su productividad
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6 octubre, 2017El Ing. Agr. Esteban Hoffman, integrante de la facultad de Agronomía, dijo que “el buen agricultor no es aquel que gana mucho cuando el negocio va bien, sino el que no pierde —o gana poco— cuando el negocio va mal”
El integrante y profesor de la facultad de Agronomía dijo que “el buen agricultor no es aquel que gana mucho cuando el negocio va bien, sino el que no pierde —o gana poco— cuando el negocio va mal” Las gramíneas son una base clave de la conservación del recurso suelo y de la productividad, aseguró el Profesor Adjunto de Cereales y Cultivos Industriales de la Facultad de Agronomía (FAgro), Ing. Agr. Esteban Hoffman, en una conferencia en la
última edición de la Expoactiva Nacional.
El especialista puso como ejemplo a Estados Unidos, donde por cada hectárea de maíz hay una hectárea de soja. Y luego planteó la situación en Uruguay: “fuimos un país que se caracterizó, además de rotar con pasturas, por tener 5-6 hectáreas de gramíneas sembradas por cada hectárea de oleaginosa (en la época del girasol). Cuando nos metimos en el siglo XXI esa relación fue cambiando y hoy en día estamos en 0,5 hectáreas de gramíneas por cada hectárea de soja”.
Para Hoffman, “esto es una amenaza para el sistema de producción, para el suelo, y habla de las perspectivas en el mediano plazo y la dependencia de los precios, sobre todo dado los muy pocos jugadores, “la soja está sola”. El ingeniero agrónomo pintó la situación de la siguiente manera: “la soja tiene que hacerse cargo de todas
las cuentas (renta, coberturas, sueldos, saldos sin cubrir, etc.).
Fue enfático en que “las gramíneas tienen
que volver al ruedo”. No conozco un agricultor que no quiera esto, porque todos saben las ventajas que traen. Obviamente, tienen el problema del precio, pero hay que trabajar cuando los precios no ayudan, y esto es lo difícil” dijo Hoffman.