Edición digital de AGRO XXI (noviembre-diciembre 2016)
14 diciembre, 2016“Las gramíneas deben volver al ruedo”
20 julio, 2017Considerando que actualmente en Uruguay, el segundo componente del sistema agrícola sembrado no es un cultivo pensado como componente de renta (los cultivos protectores), y más allá que se esté incrementando su uso con pastoreo ocasional o como verdeos de invierno, interesa conocer en base a la información disponible, los niveles de productividad, variabilidad y qué factores son los principales responsables de ella.
Por: Claudia Pereyra(1) , Esteban Hoffman(1), Sergio Pieroni(2) y Lucia Camelo(2).
Pensados como un componente necesario para mitigar las pérdidas de suelos por erosión, y que frente a la reducción del área de cultivos de invierno, en relación al área física total bajo agricultura (una agricultura que no laborea y aún rota poco con pasturas perennes), cobra importancia su funcionalidad. Un cultivo protector, puede reducir las pérdidas por erosión, descompactar, fijar Nitrógeno (N), incidir en la cantidad de agua que ingresa a un suelo, o se pierde por evaporación, o ser parte de la estrategia para reducir la problemática de malezas.
Para que alguna o todas estas funciones ocurran, y por tanto los cultivos protectores (o como los definió Gervasio Piñeiro: cultivos para servicio) sean funcionales, deben lograrse niveles mínimos de producción de biomasa. Más allá de cuales sean los niveles de producción que aseguran que se cumplan esta funciones, y a partir de que niveles no se esperan cambios en la respuesta o efectos negativos sobre el o los cultivos siguientes (discusión que no es motivo de esta contribución), nadie duda que un cultivo protector que no crece, deja de cumplir casi todas las funciones que justifican su uso.
Desde el área de investigación y desarrollo de Unicampo Uruguay, enmarcado en trabajo de apoyo a trabajos experimentales realizados por Barraca Erro en cuanto a la evaluación de productividad y precocidad de distintas opciones de cultivos protectores, surgió la necesidad de conocer el efecto de las condiciones de manejo, el año y el tipo de cultivos protectores sobre la producción de biomasa. Como fuente de información se tomaron trabajos disponibles realizados por la Facultad de Agronomía, INIA, Barraca Erro e información generada por Unicampo Uruguay. Se logra así recopilar la información de 16 trabajos (desde el 2004 al 2015), para 6 sitios: Paysandú, Young, Dolores, Colonia, Treinta y Tres, Lavalleja. En esta recopilación no se toma en cuenta quizás uno de los factores de mayor impacto, como lo es el manejo nutricional, en la medida que no fue posible contar con información para el diagnóstico del manejo en cada caso.
*(1) Integrantes de Unicampo Uruguay
*(2) Integrantes de Barraca Erro