Si venimos bien, entonces deberíamos pensar en elegir a donde queremos estar. Diseñar parte del futuro y no solo sentarse a esperar que llegue. Solo adivinarlo, o ayudar a construirlo. Si esta fuese la disyuntiva, ¿quién dudaría? Lo bueno de un sector, como el agrícola de este siglo XXI (muy vivo y pujante), es que hay muchas voces en este sentido. Diferentes, responsables o no; seguramente entre todas comenzamos a crear conciencia de que estamos en un ‘cuasi plateau’ en cuanto a la expansión del área cultivada anualmente y que es tiempo de mirar un poco más atentamente a cada hectárea.

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